FERREIRA,
DEL VALLE DEL ORO |
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Detrás
de la costa, a la sombra de la Sierra del Xistral, está el
Valle de Oro, llamada así por el río que la atraviesa
-río de Ouro- que va a morir a la playa de Paixas, un poco
más arriba de Foz. Aquí abajo tenemos a Ferreira,
cerrada por un anfiteatro de montañas, villa labradora dominada
por el esplendor de la campiña, pequeño núcleo
urbano que no resiste la invasión de estos huertos, asomados
a la calle principal. En el valle de Oro están los castro
de Lagoa, Santa Cruz, Budián y Oirán. Es una rica
y hermosa región dominada desde lejos por la cumbre del Xistral,
que extiende su presencia majestuosa sobre los valles de Vivero
y de Mondoñedo |
La
Quietud de la Plaza. Volvemos a encontrar los techos de pizarra
con ese gris oscuro y brillante que acompañó nuestras
etapas del Pirineo. Los famosos canteros de Galicia parecen, sin
embargo, trabajar la delicada piedra de otro modo. Aquí,
bajo esos tejados que reflejan el sol, la pequeña plaza
de Ferreira parece vacía y nos produce una inmensa, una
profunda sensación de paz. Pensamos, al pasar sobre este
rincón en calma, que las gentes que viven aquí tienen
un mundo propio, concreto, auténtico; que no dependen del
capricho de una novedad, de la tiranía de una moda cualquiera;
que andan tranquilamente su camino sin sentirse empujados por
esa prisa que otros padecemos
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